RSE y responsabilidad financiera

La inauguración del Foro de Responsabilidad Social Empresarial España-México (FORESME) dejó una interesante reflexión de parte del secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, quien destacó en su ponencia inaugural que "la responsabilidad social de las empresas aumenta la productividad, genera orgullo de pertenencia y el impacto social en las comunidades donde están presentes”.


Este primer acercamiento no nos dice nada fuera de lo habitual, pero la cosa se puso más interesante cuando definió a la RSE como "un acto de justicia social" y agregó que “hay una responsabilidad social de tipo decorativo, inspirada por actos de caridad, para obtener una adhesión del consumidor” pero que “se debe aspirar a la segunda etapa, la responsabilidad social como acto de solidaridad con la sociedad a través de la responsabilidad financiera, con la sociedad y con el medio ambiente".

Pero... ¿qué más pasó en FORESME?

RSE de Iberia


Más tarde en el mismo foro, Ignacio García-Sieiro, jefe de responsabilidad corporativa y medioambiente de Iberia, recalcó la apuesta de la aerolínea por el uso de biocombustible para la aviación, siempre y cuando se asegure su suministro y sea rentable económicamente.

Consolidación de empresas españolas en México

El embajador de México en España, Jorge Zermeño, consideró deseable “crear una segunda etapa donde empresas españolas aumenten su consolidación hacia un desarrollo económico”, ya que si bien la responsabilidad social “la tenemos todos”, “debe recaer especialmente en quienes generan riqueza” y recordó que España es el segundo inversionista extranjero en México con un monto superior a los 38.000 millones de dólares.

Todos implicados en la RSE

Benita Ferrero-Waldner, presidenta de la Fundación Euroamérica, realizó una observación que me pareció muy atinada: “para obtener prácticas responsables habría que desarrollar una serie de impulsos tanto en la sociedad civil como en políticas públicas, medios de comunicación, competencia, empleados y directivos”.

Es necesario un interés no sólo de algunas empresas por el bien común, sino un interés global. La RSE va más allá de las corporaciones, atañe también al gobierno, a las ONG y a cada persona inmersa en la sociedad.