Comunicar es una tarea de doble vía donde el receptor elije escuchar o
no, creer o no. Saber sus motivaciones permite orientar efectivamente
la campaña de publicidad.
La comunicación por naturaleza se produce entre un emisor y un receptor,
es decir que por su propia concepción se necesitan al menos dos entes
que participen, de una u otra manera, de la transmisión del mensaje.
El público ya no es un ente pasivo
Solamente puede hablarse de comunicación efectiva, tanto en Relaciones Públicas como en Publicidad,
cuando el emisor envía un mensaje que es recibido sin interrupciones
(ruido comunicacional). En la actualidad, el público no es un ente
pasivo a merced de un bombardeo comunicacional continuo, sino un ser
activo que elije, según sus propios intereses y necesidades, qué
escuchar, cuándo y si creer o no en ese mensaje.
Entonces para comunicar eficaz y efectivamente
es imprescindible conocer esas motivaciones, hacer de la comunicación
un diálogo donde tanto emisor como receptor obtengan un beneficio (sea
tangible o no).
¿Qué es el target?
El
target es
el
público objetivo de una organización, es decir que es el conjunto de
personas a las cuales se quiere dirigir un mensaje.
Cada grupo posee características y motivaciones que le son propias y que
influirán en la manera de recibir un mensaje. La organización debe
entonces elaborar su
comunicación en base a esa información para asegurarse de despertar interés en el
target, evitar el rechazo y abrir la posibilidad de conseguir un
feedback (un ida y vuelta, una respuesta).
Influencia del conocimiento del público objetivo
El licenciado en publicidad, Fernando Solari, sostiene en su libro “Lazos comunicantes”, que “dependemos del
otro para comunicarnos. Y hacerlo significa conocerlo como para
interpretarlo, para saber que los mensajes que le enviamos van a
interesarle”.